Redacción. Madrid
Una gran proporción de adolescentes con regularidad y frecuencia toman algún tipo de medicamento sin recibir información específica sobre sus riesgos y beneficios, de acuerdo con una revisión de la investigación actual, que se ha presentado en el congreso anual de la Federación Farmacéutica Internacional (FIP).
|
Priya Bahri, responsable de Farmacovigilancia en ‘guidelines’ e información de riesgo de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), ha señalado a los delegados presentes en el congreso mundial que el 35 por ciento de los niños y el 45 por ciento de las niñas en Europa y los Estados Unidos toman analgésicos para dolores de cabeza cada mes. Además, consumen una gran variedad de otros medicamentos para afecciones como dolores de estómago, trastornos del sueño, nerviosismo, asma, enfermedades infecciosas y para prevenir el embarazo. “La mayoría de los adolescentes toman sus medicamentos adecuadamente, pero hay evidencia de uso inadecuado accidental o intencional o mal uso", ha señalado.
En un momento en que los jóvenes quieren ser independientes de sus padres y tomar sus propias decisiones sobre sus cuerpos y los medicamentos, se sienten incomprendidos por los profesionales sanitarios, tienen la preocupación por los efectos secundarios y pueden ser confundidos por la información proveniente de diversas fuentes tales como sus amigos, su familia, internet, noticias, y los profesionales de la salud que se encuentran, ha añadido Bahri.
“Los medicamentos que los adolescentes utilizan con más frecuencia y en gran medida autónoma incluyen aquellos para el asma y los analgésicos como el paracetamol y el ibuprofeno. Pero los adolescentes también utilizan otros medicamentos. Todos los meses un 32 por ciento consumen fármacos para los dolores de estómago, el 6 por ciento para trastornos del sueño y otro 6 por ciento para los nervios. La prevalencia del asma, una de las enfermedades crónicas más frecuentes en todo el mundo, es de alrededor de 10 por ciento en los adolescentes, por lo que la mayoría de las personas con esta condición van a tomar medicamentos para ello. Por último, se calcula, a partir de datos de todo el mundo, que alrededor de un cuarto de las adolescentes va a tomar algún tipo de anticonceptivos, incluyendo los hormonales. Además, las niñas pueden ser llamadas para recibir la vacuna del VPH. Sin embargo, los debates públicos en los medios de comunicación sobre la utilidad y seguridad de estas medidas hace que algunos jóvenes se sientan ansiosos y confundidos”, ha explicado.
Necesitan mejorar
Bahri está investigando cómo la información acerca de los medicamentos se comunica a los adolescentes y ha encontrado que no sólo hay muy poca investigación en esta área, sino que la que hay indica que los profesionales sanitarios, incluidos los farmacéuticos, necesitan mejorar la forma de hablar a los jóvenes y comunicarles los riesgos y beneficios de los medicamentos.
“El programa de vacunación contra el VPH es un buen ejemplo de cómo los profesionales de la salud podrían estar mejor preparados para la comunicación con los adolescentes”, ha afirmado. “Hubo varios incidentes en Europa por ataques de ansiedad relacionados con la vacunación de las niñas.
“La investigación ha encontrado que a pesar de que los farmacéuticos saben de la importancia de hablar con los adolescentes acerca de sus medicamentos, no suelen hacerlo”, ha aseverado este farmacéutico, que como tal, reconoce la dificultad al hablar con los adolescentes, “pero estoy a favor de que los farmacéuticos busquen oportunidades y métodos exitosos para iniciar un diálogo atento y sin prejuicios. Es de vital importancia que los farmacéuticos superemos nuestras dudas. Tenemos que iniciar el diálogo y escuchar las preguntas y preocupaciones. Es importante ayudar a los adolescentes a cuidar su salud, para lo que debemos ser conscientes de sus vulnerabilidades, así como de sus capacidades”.
|